La presente temporada del División de Honor juvenil se presentaba como una época de transición entre el exitoso juvenil de la temporada pasada y el que se espera para la próxima. El equipo, a priori, era una incógnita frente a equipos como el Oviedo (con los hermanos Mier, Ivan Conceicao...) y el Coruña (de los Iago Gandoy, Pedro Alves, Carracedo...), que el año pasado hicieron buena temporada con una base mayoritaria de juveniles de segundo año.
Sin embargo, la realidad fue bien distinta ya que los dominadores de la categoría fueron el Sporting de Gijón y el Celta, cuyas mejores hornadas aterrizarán el próximo curso. Los de Mareo se plantaron en los puestos nobles desde el principio y ya nadie fue capaz de sacarlos de allí. El Celta, a su vez, sin hacer ruido fue escalando posiciones en la tabla hasta encaramarse en lo más alto. Y, a buen seguro, de no ser por la plaga de lesiones y bajas que azotó al equipo, hoy estaríamos hablando de los campeones.
Antón Quindimil es juvenil de tercer año. Su demarcación principal es la de central. Es alto y físicamente muy fuerte, lo que le convierte en una pieza importante en el juego aéreo tanto en defensa como en ataque. Siempre bien posicionado, es muy habitual verle empezar la jugada sacando el balón jugado desde atrás, aportando mucha seguridad a la hora de mover el balón. En todos los partidos que hemos visto ha sobresalido, mostrándose como un líder, mandando y organizando sobre el campo, en momentos clave de los partidos (ej: el valiosísimo 0-1 contra el Llano 2000, los empates en campos siempre adversos como el Requexón y en Roces...). Todo lo que no sea verlo en 2ªB el próximo curso, ya sea en el Celta B o cedido en otro equipo gallego para que se curta, sería una decepción mayúscula.
Sergio Carreira, es aún juvenil de segundo año, por lo que aún le queda otro año más de juvenil. Es un lateral derecho de vocación netamente ofensiva y que recorre la banda constantemente haciendo muchos kilómetros a lo largo del partido. Con una notable técnica y una capacidad asociativa innata, es capaz de llegar al área rival y poner buenos centros o finalizar él mismo la jugada con una facilidad pasmosa. Muy veloz, vertical e incansable, ha sido un auténtico quebradero de cabeza para los rivales en los partidos que hemos visto. Aunque le quede un año de juvenil, la próxima temporada no sería extraño verle algún partido con el Celta B, con el que este año ya ha ido convocado.
En cuanto podamos, les entregaremos el premio, consistente en una caja de sidra asturiana para cada uno.
